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León XIV llamó a los nuevos sacerdotes a "ser creíbles" y "sanar una Iglesia herida"

León XIV llamó a los nuevos sacerdotes a "ser creíbles" y "sanar una Iglesia herida"

31.05.2025       10:35| El papa León XIV ordenó a once nuevos sacerdotes para la Diócesis de Roma este sábado en la Basílica de San Pedro del Vaticano, y los exhortó a "reconstruir la credibilidad de una Iglesia herida", enfatizando la importancia de la cercanía con el pueblo de Dios y la necesidad de ser "creíbles" en un mundo que cuestiona la fe. La ceremonia marcó un día de "gran alegría" para la Iglesia y para los flamantes presbíteros.

 

Durante su homilía, el Santo Padre profundizó en la pertenencia al pueblo de Dios, al cual los ministros son enviados. Recordó que "la identidad del sacerdote depende de la unión con Cristo, sumo y eterno sacerdote", subrayando la conexión intrínseca entre el pastor y el Señor. El Sumo Pontífice reflexionó sobre la enseñanza del Concilio Vaticano II acerca del "pueblo de Dios", una conciencia que, según él, "anticipó un tiempo en que la pertenencia se debilitaría y el sentido de Dios se enrarecería". Sin embargo, afirmó que "Dios no se ha cansado de reunir a sus hijos, por diversos que sean, y de formarlos en una unidad dinámica".

 

El papa León XIV ordenó a once nuevos sacerdotes para la Diócesis de Roma este sábado en la Basílica de San Pedro del Vaticano, y los exhortó a "reconstruir la credibilidad de una Iglesia herida", enfatizando la importancia de la cercanía con el pueblo de Dios y la necesidad de ser "creíbles" en un mundo que cuestiona la fe. La ceremonia marcó un día de "gran alegría" para la Iglesia y para los flamantes presbíteros.

 

Durante su homilía, el Santo Padre profundizó en la pertenencia al pueblo de Dios, al cual los ministros son enviados. Recordó que "la identidad del sacerdote depende de la unión con Cristo, sumo y eterno sacerdote", subrayando la conexión intrínseca entre el pastor y el Señor. El Sumo Pontífice reflexionó sobre la enseñanza del Concilio Vaticano II acerca del "pueblo de Dios", una conciencia que, según él, "anticipó un tiempo en que la pertenencia se debilitaría y el sentido de Dios se enrarecería". Sin embargo, afirmó que "Dios no se ha cansado de reunir a sus hijos, por diversos que sean, y de formarlos en una unidad dinámica".

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